Textos sobre historia contemporánea (mundial) 4º ESO
Os invito a participar con dudas y comentarios!!
Aquí os dejo un trabajito sobre la PGM.
EN CONSTRUCCIÓN
LA EUROPA DEL CONGRESO DE VIENA.
Sellier,J. i Sellier,A. Atlas de los pueblos de Europa Occidental. Madrid: Acento, 1998.
Os invito a participar con dudas y comentarios!!
Aquí os dejo un trabajito sobre la PGM.
EN CONSTRUCCIÓN
LA EUROPA DEL CONGRESO DE VIENA.
Aparte de Francia, sólo ha habido dos vencidos cuyos soberanos no se habían
alineado in extremis contra Napoleón: Dinamarca, que ha de ceder Noruega al rey de
Suecia; y Sajonia, que debe ceder la mitad de su territorio a Prusia. La misma Francia
se encuentra de nuevo, con ligeros retoques, con las fronteras anteriores a la
Revolución. Prusia incrementa su territorio con Westfalia y Renania, con lo que
adquiere una posición dominante en el norte de Alemania. Austria incorpora una gran
parte del ex reino napoleónico de Italia (Lombardía y Venecia). El rey de Cerdeña
obtiene Liguria, que desde hacía mucho tiempo ambicionaba.
Entre los excluidos de la restauración figuran la mayor parte de los pequeños
Estados alemanes suprimidos a partir de 1803... y el mismo Sacro Imperio, que es
sustituido -en lo esencial, con los mismos límites- por una Confederación germánica con
poderes limitados. Aparte la Confederación suiza, los regímenes no monárquicos de
antaño no son restaurados: repúblicas de Venecia y de Génova, y Provincias Unidas. En
este último caso, a iniciativa de Inglaterra, se produce una innovación: a la vez que se
mantiene el régimen centralizado instituido por los franceses, se reúnen en un gran
reino de los Países Bajos las ex Provincias Unidas y los ex Países Bajos austríacos.
Sellier,J. i Sellier,A. Atlas de los pueblos de Europa Occidental. Madrid: Acento, 1998.
Somos un pueblo de 21 a 22 millones de hombres, conocidos desde tiempo inmemorial con un
mismo nombre -el pueblo italiano-; vivimos entre los límites naturales más precisos que Dios
haya trazado jamás -el mar y las montañas más altas de Europa-; hablamos la misma
lengua,(...) tenemos las mismas creencias, las mismas costumbres y hábitos, (...) nos sentimos
orgullosos del más glorioso pasado político, científico y artístico que se ha conocido en la
historia europea (...).
No tenemos ni bandera, ni nombre político, ni un puesto entre las naciones europeas (...)
Estamos desmembrados en ocho Estados (...) independientes unos de otros, sin alianza, sin
unidad de destino, sin relación organizada entre ellos (...). No existe libertad ni de prensa, ni de
asociación, ni de palabra, (...); nada. Uno de estos Estados que comprende la cuarta parte de
la península, pertenece a Austria: los otros padecen ciegamente su influencia.
Mazzini. “Italia, Austria y el Papa”.
!Paz! Palabra bálsamo, palabra rocío que ha de caer como una refrigeración sobre el alma del mundo, hosca y del mal ceño desde 1914. Ella ha sonado al cabo de cuarenta días de las emooiones, de las explosiones y deirumbamientos más formidables de la historia, y cuando parecían próximos á estallar de tensión los nervios y los corazones. Ella poseerá, sin duda, la virtud sedante de las alegrías supremas tras de las angustias espantosas, y obrará como ira noble derivativo de todos los malos humores exacerbados durante los cuatro años de la contienda infernal. Tratemos de gozar esa hora anhelada é increíble hace tres meses, haciéndonos dignos de ella, sin resabio impuro ni tergiversación de especie alguna. Actenemos á los vencedores, no ya por serlo, sino por la constancia, por el heroísmo, por las admirables virtudes patrióticas de que han dado ejemplo en la lucha formidable, hasta conseguir, como Bélgica y como Francia, mediante la ayuda de sus ilustres aliados, la liberación ansiada y la admiración y el respeto de la humanidad por la digna sencillez con que soportaron los más altos infortunios y realizaron tales proezas. Creamos que los vencidos acelerarán también su rehabilitación dentro de los nuevos moldes de la vida internacional y confiemos en la virtud calmante de esa palabra, que florece como una sonrisa tras de un espanto inacabable. El espíritu humano deprimido por un cuadrienio de horrores y sacudida tremendas no tardará en orientarse otra vez según el optimismo generoso de todas las convalecencias.
Artículo de La Vanguardia, 11 noviembre 1918, La Paz
Desde el fracaso de la invasión anticastrista de
Bahía de Cochinos, en la primavera de 1961, la tensión entre los dos bloques no
había dejado de crecer. La madrugada del 13 de agosto, sólo cuatro meses más
tarde, las fuerzas de seguridad de la República Democrática Alemana comenzaron a
cortar con barreras y alambradas los accesos a Berlín Occidental. Fue una
operación por sorpresa que en un primer momento se interpretó, desde Occidente,
como una medida transitoria: algo similar al bloqueo temporal de 1948. Pero las
precarias barreras que el primer día derribaron algunos berlineses indignados
pronto se convirtieron en un sólido muro de cemento que atravesaba la ciudad de
norte a sur. Con los años, la construcción se completó con torres de
vigilancia, reflectores, alambradas electrificadas y ametralladoras de disparo automático.
La muralla generó su propia literatura como lugar de intercambio de espías y
como desafío para cientos de personas que arriesgaron su vida para cruzarlo y
escapar hacia el Oeste, utilizando a veces métodos ingeniosos y audaces para
escapar hacia el Oeste. El Muro de Berlín se convirtió en el símbolo más
consistente de la Guerra Fría, en el que la metáfora del telón de acero adquiriría
consistencia física.
Francisco VEIGA, Enrique
U. DA CAL, Ángel DUARTE, Ángel. La paz simulada. A. E. 2006.[Ídem, Una historia de la Guerra Fría. 1941-
1991. Alianza Editorial. 1998.]